lunes, 21 de enero de 2008

Nuestros años maravillosos



Hace algún tiempo ya, que tome el primer libro en mis manos y por voluntad propia más que por una fastidiosa obligación escolar, le leí a completo tratando de descifrar cada palabra e imaginarme cada oración contenida en el. A partir de él me vi inmerso en un deleitable vicio que hoy aun conservo. Con que gusto me adentro en las líneas de Sócrates leyendo los diálogos de Platón o imagino antiguos tiempos con los diversos ejemplares de la historia universal, aun mas placer me provocan aquellas maravillas literarias que en mi mediana edad he llegado a leer.

Pocas cosas me entretienen al día de hoy como recorrer las palabras de aquellos grandes de este mundo e imaginar las características de los antiguos genios que nos han legado el más grande tesoro de la humanidad, el conocimiento. Así es, por que fue este el que nos llevo a evolucionar al punto actual, esa curiosidad nata, el ansia de saber, de descifrar los maravillosos secretos de la vida, de ejercitar eso que nos ha de separar de la bestia.

Sin embargo a mi pesar, pareciera que lo anterior descrito y aquello que disfruto por sobre muchas cosas es una cualidad en desuso en estos tiempos, como si aquellos que buscamos con ansia todo conocimiento por vago que este sea fuésemos una rama del género humano que por voluntad propia tal vez, se ha colocado al borde de la extinción.


Con cuanta pena veo las estadísticas que por lo regularidad han de colocar a esta nación en los más bajos puestos en educación, lectores y demás aspectos tanto culturales como económicos que están a la par en importancia o tal vez sean de mayor relevancia que los puntos tocados esta vez por mi humilde opinión.

Somos una nación de ignorantes e impreparados para enfrentar los futuros eventos que el tiempo y la ironía han de tener preparados para tormento o ventura del género humano, somos un país de gente que solo mediante grandes campañas publicitarias ha mostrado ser generoso, de igual manera hemos necesitado ser violentados por la naturaleza para mostrar nuestro lado humanitario para con la gente más necesitada, ¿hemos de requerir siempre un gran evento que nos motive a desprendernos del egoísmo característico?, como nos vanagloriamos en días específicos de ser una nación generosa, de ser un pueblo unido, cuando la realidad es distinta, somos personas incultas y de poca cultura civil sin más amor que el propio.



¿Ha de ser el desdén del Mexicano semejante a una marca a hierro ardiente que hemos de llevar por siempre?, tal vez nuestro amargo pasado con mas perdidas que buena ventura nos ha domesticado de tal forma que hoy somos incapaces siquiera de lograr las uniones necesarias para corregir los eternos fallos que han aquejado a este irónicamente orgulloso pueblo Mexicano.

Que puede esperarse de un país al que interesa más un ridículo melodrama televisivo que la realidad política actual, ¿cómo pedirle a este país que tome un libro y se cultive?, si a la vez es bombardeado por incesantes bombas comerciales que le incitan al consumismo desenfrenado y a seguir en el mismo modelo de vida desinteresado por sus semejantes, aun más trágico, ¿con que cara le pedimos al niño hambriento que deje de ganarse unos pesos para mal vivir y dedicarse al cultivo de la mente?.

En un país apenas andando, en el que diariamente los números han de ser maquillados por los poderes para seguir mostrándose dignos de la confianza popular, poco es lo que podemos pedir. A pesar de todo lo que se diga y los números que nos sean mostrados, la realidad es claramente visible, somos una nación saqueada y pobre, además de iletrada, que se ha acostumbrado a subsistir apenas en el promedio mundial y nada nos interesa hacer por lograr para los nuestros el nivel de vida de al menos algunos sectores de las grandes potencias actuales.

Hablo en general, claro está, porque si bien es la clase pobre la de mayor numero y crecimiento en el país, es cierto que existen personas con los medios sobrantes para vivir con los excesos que conlleva el dinero, pero son estos personajes tan escasamente decididos a hacer la diferencia y aun muchos de ellos son seres tan o más ignorantes que nosotros, y al igual que el popular ninguno de ellos ha de tomar un solo libro para culturizarse, aunque las excepciones existen y son bastantes hay que decirlo.

Mención también merecen, esa otra parte de la sociedad que aunque hoy ejerzan un ridículo control en ciertos aspectos, es también la menos provechosa para el sano progreso del país, me refiero a la delincuencia organizada, en este caso y por ser el más notorio últimamente; al narcotráfico, el lado podrido de toda sociedad que se precie de civilizada, personas con un falso sentido de superioridad, que consideran que al disparar sobre personas desarmadas emulan las hazañas de los antiguos guerreros y héroes legendarios. No puedo sentir simpatía con personas que no contentos con envenenar a su propia gente y enriquecerse a costa de ello, han conseguido sembrar un estado de terror al despojar al pobre de los bienes que con sacrificios ha logrado obtener, ocupando para tal robo una violencia digna de sus mas inferiores complejos, ¡robar al pobre!, eso mereciera las más bajas palabras que pudiesen ser escritas y sin embargo las conservo para mi propia conciencia, pues como dijera el gran Shakespeare: “Sea como fuere lo que pienses, yo creo que lo mejor es siempre emplear buenas palabras”. No es el narcotráfico el único que despoja al pobre con ruin descaro, nuestros gobernantes hacen su parte en el infame saqueo, y no contentos con ello se atreven a hacer mofa de un pueblo que difícilmente comprende el sucio lenguaje político empleado y las estratagemas de que toman mano semejantes canallas.

Así es el México de hoy tristemente, una historia trágica de verdaderos héroes que aun en la ignorancia en la que son confinados a vivir, luchan como mejor pueden para ganarse el sustento, ¿Cómo exigirle a este que se dé el tiempo de tomar un libro y disfrutarle?, una triste historia que se repite así misma cada día. Por hoy somos un pueblo ignorante, desdeñoso y temeroso, pero los medios los tenemos a la mano, es posible salir del circulo vicioso, basta con pensar, ¡si, pensar!, ¿hasta cuándo podrá mantenerse esta nación en este camino frágil?, basta con cultivarnos, con buscar la grandeza, pero no a costa de otros, no evitando que nuestros compatriotas nos alcancen, hay que leer, hay que prepararnos, hay tanto que podemos hacer, pero será difícil con el estomago vacio es verdad.

Busquemos aliviar a nuestro pueblo y cultivarle, porque los tiempos que han de venir serán difíciles y han de poner a prueba nuestra capacidad para sobrevivir en este mundo siempre cambiante.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

que bueno esta esto, y que razon tiene lastima de pais

Sigan asi

Sandra Strikovsky (Strika) dijo...

Tristemente uno de los problemas más profundos de este país y que tanto rezagos provoca es el de la educación. Pero mientras Elba Esther siga en el SNTE no podrá haber una reforma total del sistema educativo.